Los árboles
arman una trama
entre el verde del bosque
y el azul que lo cubre.
Correr
es la única opción
sin saber hacia dónde
o de quién se escapa.
Es tarde,
oscurece.
El punto de partida
se desdibuja,
el punto de llegada
también se esfumó.
¿A dónde termina lo que nunca empieza?